Ganas de abrazos que durante tantos días no hemos podido dar. Sueño de caricias que algún día recuperaremos para intentar compensar el peso de las ausencias…
Como cuando abres una puerta atrancada mucho tiempo y empieza a entrar aire fresco, habéis empezado a contactarme para retomar las sesiones aplazadas. En primer lugar, muchas gracias por no haberme olvidado, por ser conscientes de lo necesario que es retomar la actividad y por vuestra cariñosa disponibilidad. En segundo lugar, aunque sea una obviedad, quiero aseguraros que cuando retome el trabajo lo haré con las mayores garantías de seguridad y de profesionalidad, intentando que la distancia y la precaución no resten ni un poquito del cariño que siempre pongo en mi trabajo. Hemos pasado momentos muy duros en mi familia y necesito recuperar el entusiasmo, volver a sentirme creativa y capaz de dar lo mejor de mí misma.
Ayer di el primer paso: abrir la puerta del estudio después de ocho semanas, improvisar un fondo, poner música y dejarnos llevar. Fluir con lo que nos da alegría y disfrutar de la belleza que tenemos tan cerca. Quizás reconectar y empezar de nuevo sea tan fácil -o tan difícil- como eso.
Gracias, mi Lucía, por darme la mano para ese primer paso.
