El tiempo compartido en familia
es un regalo para el futuro.
Vivimos demasiado deprisa, demasiado ocupados, pero la vida pasa sin darnos cuenta y hay que disfrutarla. ¿Por qué no regalarnos un tiempo extra con nuestros hijos, para tener nuevas experiencias que luego reviviremos en forma de imágenes? Busquemos un lugar acogedor y bonito, en el estudio o a cielo abierto, la mejor luz con la que podamos jugar, y dejemos que surjan esos momentos cotidianos o especiales que podremos guardar para siempre.
Esas fotos también serán un legado para ellos, el recuerdo de su vida de niños en el que es esencial que vosotros estéis presentes. Mi labor será retratar los sentimientos que os unen y las emociones que compartís.