Disfrutar con tu trabajo es que te den carta blanca para hacer las fotos que quieras; que sepas que ellos entienen el mismo lenguaje visual y confían en tu criterio para guardar sus recuerdos.
Disfrutar haciendo fotos es que al otro lado de la cámara tengas a dos niños espectaculares, no de guapos -que también- sino de creativos, ocurrentes y divertidos, que es como deben ser los niños, en las fotos como en la vida real. Y que se note el cariño de unos hacia otros, que de eso van las fotos de familia, o no?
Disfrutar después de la sesión es que las fotos te saquen una sonrisa al llegar al estudio y revisarlas, y confirmar después con ellos que se quedarán con todas porque no pueden descartar ninguna.
Disfrutar y darle sentido a todo esto es tener el convencimiento de que estas imágenes aún ganarán valor con el paso del tiempo, y pensar si Jimena y Olmo de mayores recordarán a los niños de estas fotos, si recordarán ese abrazo, esas galletas, esos calcetines, ese salto o de qué se reían en ese preciso momento.
Y ahora que alguien me diga que esto no merece mucho la pena ; )
Gracias, como siempre, a Loreto y Pedro por dejarme compartir (y difrutarlo).