Hay sesiones que fluyen con la naturalidad de un baile al ritmo de la música, porque parece que todo se pone de acuerdo para crear un resultado bonito: la luz, los rincones de un pueblo precioso como es Marchena, la ilusión de quien hace el regalo de esta sesión y quien lo recibe, y la belleza dulce y serena de Julieta.
Aunque sigo con la agenda a tope hasta fin de mes he querido actualizar el blog para compartir con vosotros estas imágenes. Espero que os gusten como a mí.