Mi estudio es pequeño. Está pensado sobre todo para hacer fotos de bebés y aparte del atrezo y el equipo con el que suelo trabajar, además de lo imprescindible para que estemos cómodos y sea confortable, caben pocas cosas más. Sin embargo, en algunas sesiones se cuelan tantas cosas que parece que a la vez que se inunda de la luz que entra por las cristaleras caben dentro un montón de carcajadas, abrazos, caricias y momentos que congelo y se quedan guardados para siempre.
Mi estudio es pequeño, pero cuantas más cosas bonitas guarda, más grande se hace. Gracias a todos los que habéis pasado por él este curso que cierro hoy.
Os dejo con las fotos de Carla y sus papás, que fueron todo sonrisas y cariño.