A veces los resultados son tan dulces que te hacen olvidar el esfuerzo que costó conseguirlos. Esto lo sabe muy bien la mamá de Oliver y yo puedo comprobarlo cuando veo sus fotos.
Por distintos motivos no pudimos hacer la sesión antes y Oliver ya tenía 23 días cuando le conocí, había pasado mala noche y al principio no se encontraba relajado ni cómodo. Pero con cariño y paciencia parece que las cosas se consiguen!
En una sesión de recién nacido estas dos cualidades son fundamentales, pero necesitan de otros factores como una buena formación y suficiente experiencia para que todo discurra de forma segura y gratificante. Es esencial que los padres conozcan la importancia de poner a su bebé en manos de un profesional, y es labor de los fotógrafos newborn explicar lo que hay detrás de unas fotos así: aprendizaje específico, mucho trabajo y un gran respeto por la vida que tenemos en nuestras manos durante unas horas.