Una tarde lluviosa de septiembre es el momento perfecto para revisar las fotos de las vacaciones y poner un poco de orden y de paso un punto final a este verano que se hace el remolón y parece que no deja paso definitivo al otoño y a la rutina diaria. Los que nos conocéis ya sabéis que siempre nos tira el norte, y Galicia era una asignatura pendiente que hemos aprobado con nota y muchas ganas, empezando por las Rías Baixas.
No están todas las fotos que hice -sería un post interminable como esos pases de diapositivas de los viajes familiares en los años 80 😉 – ni tengo fotos de todos los momentos y lugares que vivimos esos días. Pero cuando los revivo, creo que no pasará mucho tiempo antes de que volvamos a por más puestas de sol, calas, callejones, marisco, gaviotas, naturaleza, música y ese agua fría, limpia y tranquila como sus gentes, que se lleva todo lo malo y te recarga las pilas.
En las fotos, Lucía y Dani (prometo que sus padres también fuimos pero no salimos tanto en las fotos jajaja) y por orden: Combarro, Area de Figueiras y Playa de Rodas en Cíes, las vistas de Raxó desde nuestra terraza en A Granxa, Combados, La Toja, el Paseo de Piedras Negras en San Vicente do Mar, Soutomaior, Muíño das Maquías, y una inolvidable puesta de sol junto al faro de Punta Subrido.