Será la edad (ejem! la experiencia, quiero decir); o una reflexión totalmente personal sobre el sentido de la fotografía; o el ejercicio de pensar cómo se verán estas fotos con el paso de los años; o la saturación de imágenes tan parecidas, poses, atrezos, tutoriales aquí y allá para perfeccionar una postura, conseguir una técnica de 10…
El caso es que mientras edito una sesión newborn me ha dado por pensar que cada vez se me hace más raro colocar a los bebés, esperar a que se duerman para empezar a trabajar, volverme loca para dejar perfectamente posicionada una mano o crear pieles de porcelana al editar.
Y es que a mí lo que me sale es achuchar al bebé, observarlo para conocer cómo se siente mejor; disfrutar (ad)mirándolo, despierto o dormido, con su cuerpo perfecto y a la vez lleno de imperfecciones, pliegues, manchas o gestos que lo hacen único ya desde que nace. Del nacimiento del pelo a la forma en que curvan los dedos de los pies, cada bebé es diferente.
Lo que me gusta es seguir su ritmo y dejarme sorprender por lo que me ofrece al otro lado del visor de la cámara. No provocar, sino encontrar, porque no es cierto que los recién nacidos parezcan todos iguales, así que no hay que retratarlos igual.
Lo que me chifla es ver al bebé en brazos de sus padres, compartir esa ternura tan mezclada con agotamiento y adoración de los primeros días. Y quiero creer que esos sentimientos serán los que prevalezcan y los que la familia querrá recordar al volver a ver las fotos, el mes que viene y dentro de diez años, y no solo a su bebé metido en una cesta o haciendo la froggy pose. No me malinterpretéis, por favor, este tipo de fotos puede ser maravillosa y tengo compañeros que la llevan a categoría de obra de arte, pero hoy pienso sobre el sentido de la foto, no sobre su estética.
Quizás el paso del tiempo me demuestre que estoy equivocada y esta forma de plantear mi trabajo me quite algunas contrataciones, pero lo cuento como lo siento, y no me sale hacer fotos que no siento. Y por suerte para eso hay un tipo de fotógrafo para cada gusto de cliente. Y sitio para todos, si trabajamos con honestidad y cariño. ¿No os parece?